Nietzsche.
Filósofo del porvenir.
Elaborado por Jorge Alberto Reyes López
FFyL / UNAM
SUA-YED
¿Qué puedo comentarles en
pocas líneas sobre una de las figuras más significativas del siglo XX
occidental? El reconocimiento y la valoración de la obra de Nietzsche vendrían
tiempo después de su muerte. Se le consideró como uno de los “pensadores de la
sospecha” (expresión que el filósofo francés Paul Ricoeur usó en 1965 para caracterizar
la crítica radical que emprendieron Nietzsche, Marx y Freud en el siglo XIX en contra
de los valores y principios que constituyen a la civilización occidental). Se
trata, como bien lo dice Ricoeur, de un pensador de la sospecha. Pero este modo de emprender el quehacer filosófico surge
como una respuesta a la consolidación de la Modernidad capitalista (con la
Revolución Industrial y la Revolución Francesa como los acontecimientos
históricos que dieron lugar a una nueva edad del mundo) y la nueva fe en la “verdad científica” y el consiguiente
reordenamiento de la vida cotidiana a todos los niveles así como la puesta en
crisis de los valores tradicionales (sobre todo, de la moral cristiana, de la
antigua fe).
Nietzsche,
por tanto, se enfrenta al mismo tiempo al hombre
moderno (que tiene a la ciencia, a la tecnología y al mercado como sus
notas esenciales) y al hombre cristiano tradicional que todavía dominaba con su
moral Europa. Nuestro autor criticará ferozmente el “igualitarismo” burgués con
el cual ha parecido por primera vez en la historia de Occidente la “masa” (que
será la definición misma del ser humano que habitará las grandes urbes del
siglo XX y que es quien sufre el nihilismo,
es decir, el estado cultural de occidente donde se vinieron abajo los valores
supremos que por siglos dirigieron y orientaron la vida de las personas; se
trata de “la muerte de Dios”, es decir, el derrumbe del mundo del más allá y de
todos sus principios últimos), pero también atacará con igual furia los valores
transmundanos del cristianismo heredado desde el siglo IV; en ambos casos lo
que Nietzsche denuncia es que el hombre moderno es un hombre que ha abandonado
los más excelsos valores de la antigüedad toda vez que se ha conformado con un
modo de vida sumamente trivial que ha borrado las diferencias naturales que
existen entre quienes tienen rasgos geniales y los seres débiles bajo el
discurso político del “igualitarismo”; mientras que el hombre cristiano ha
negado el “sentido de la tierra”, que ha negado el cuerpo y sus pulsiones desde
lo que Nietzsche ha llamado la “meta-física platónica” (que comienza con el
Sócrates de Platón y culmina con Hegel) donde se ha dividido la realidad en dos
(una celeste o del más allá que es la
verdadera y plena, y otra que es terrena
donde se encuentra todo lo despreciable y pasajero).
Nietzsche
sostuvo en su propuesta filosofía (que no es lógico-conceptual a la manera en
que la tradición occidental lo ha sido, sino que es metafórica, simbólica y
aforística) que era necesario rescatar la apariencia, la mentira o lo falso por
encima de la “verdad” (que no es más que una ficción o ilusión que se ha
olvidado que lo es). El problema, así
pues, no es que se inventen “dioses” sino que quienes los han inventado caigan
en su propia ficción y pierdan su capacidad de inventar nuevas formas
culturales, de crear nuevos valores (de ahí lo que propone nuestro autor con la
expresión “inversión de todos los valores”).
Nietzsche
apuesta por el “super-hombre” (Übermensch),
es decir, por la superación del
hombre-masa, del hombre temeroso de Dios (el cristianismo que él denomina “platonismo
para el pueblo”), del hombre manso que teme a su naturaleza cruel. Se trata de
trascender tanto la “Verdad” de la ciencia y el mercado modernos que demeritan
las potencias artísticas del ser humano como la “Verdad” de la religión
revelada del Dios hebreo que ha introducido la vergüenza y la culpa (Schuld) del cuerpo y sus necesidades
naturales. Nietzsche relaciona al concepto de vida (Leben) los conceptos
de voluntad, cuerpo, pulsiones, fuerza, poder, intuición, apariencia, entre otros. Pero todos
estos conceptos irán adquiriendo su relevancia y función específica en la
medida en que Nietzsche desarrolla su pensamiento a lo largo de los años. Nietzsche
postula la necesidad de un ser humano pleno que no tema a expresar todas sus
potencias creadoras, artísticas, generadoras de una nueva cultura, cultura
sostenida en el genio y la excelencia. Nuestro autor ha llamado a su filosofía como
un platonismo al revés, que previene
contra todo trans-mundo, contra todo intento de apaciguar el fuego violento que
habita en el corazón del ser humano. Nietzsche es el “psicólogo de la cultura
Occidental” que se enfrenta con toda su escritura a las ficciones más terribles
y absurdas que a su juicio se han creado desde la antigüedad griega. ¡Hay que volver a la tierra y al ser humano
que afirme las pulsiones creadoras de su genio para dejar pasar la Voluntad de
Poder (Wille zur Macht) y sea posible
dejar entrar en la historia al Super-hombre o al Hombre que es la superación de la humanidad que se quedó sin Dios y
sin valores últimos! En voz de su Zaratustra, podemos seguir la nueva exigencia
para nuestro tiempo:
«Les enseño a ustedes acerca
del Super-hombre. El hombre es algo que ha de ser superado. —Entonces pregunta—:
¿Qué han hecho ustedes para superarlo? »
Nietzsche mantuvo esta imagen en la mente hasta el final: “el hombre es una cuerda entre el animal y el Super-hombre”. Nietzsche es sin duda alguna el gran filósofo del porvenir. Sus cuestionamientos y denuncias han de servirnos para examinar con igual rigor y pasión lo que enfrentamos en nuestra era.
Fuentes adicionales de
consulta (se puede elegir una de estas referencias para hacer el ensayo de esta
parte):
https://bondideapuntes.files.wordpress.com/2015/11/lowith-karl-de-hegel-a-nietzsche-completo.pdf
(página 231 inicia lectura).
http://biblioteca.ucm.es/tesis/19911996/H/2/AH2004101.pdf
(página 107 inicia lectura).
Artículo de divulgación (pilón): http://www.bbc.com/mundo/noticias-36581582